Si la tela es lavable, trate de remover la mancha con una esponja empapada con 1 cucharadita de jabón líquido, 2 cucharadas de amoníaco y agua. Enjuague. Si no elimina la mancha, humedezca y aplique una pasta de enzimas digestivas. No permita que se seque. Enjuague. Para tejidos no lavables, utilice una esponja con detergente y agua fría. Enjuague con abundante agua.
Enjuague la mancha con agua fría. Emplee unas gotas de amoníaco y enjuague de nuevo. Aplique vinagre o jugo de limón y deje actuar por 10 minutos, enjuague bien. Si este trabajo no funciona, humedezca la mancha y aplique una pasta de enzimas digestivas. No permita que se seque. Enjuague. Lave la prenda, si es lavable.
Primero, ¡detenga el sangrado y salve al herido! Escurra de la prenda toda la sangre posible. Enjuague la mancha con agua fría; a continuación mezcle agua fría con unas pocas gotas de amoníaco. Enjuague enérgicamente. Si queda algún resto, aplique una pasta de enzimas digestivas; no deje secar. Enjuague. ¡Nunca use calor, ni ácidos!
Créalo o no, restregar no es la única forma de eliminar esta mancha. El halo de suciedad en el cuello es causado por una mezcla sudor, mugre y aceite. Trate la mancha con una combinación de solventes, luego lave la prenda, con blanqueador si no daña los colores.
El vómito puede decolorar permanentemente las telas, por lo que es importante removerlo lo más pronto posible. Las enzimas del vómito son realmente poderosas y puede provocar daños en telas delicadas. Si esto ocurre, la tela no se puede recuperar. Enjuague la mancha con agua fría y remueva la mayor parte de vómito posible. Enjuague con una solución de 2 cucharadas de amoníaco, 1 cucharadita de jabón líquido en 1 pinta de agua. Lave la prenda, si es lavable, o enjuague. Si queda algún resto, humedezca la mancha y aplique una pasta de enzimas digestivas. No permita que se seque; enjuague. Lave la prenda, si es lavable.